sábado, 13 de julio de 2019

Santísimas Trinidades

Como podéis ver, estoy en racha. Es lo que tiene procrastinar, que cuando tendrías que estar haciendo otra cosa es cuando te entran ganas de ponerte con alguna otra tarea perfectamente inútil pero que te apetece mucho más. Y como hace un rato se me ha venido a la cabeza una idea que ya tenía de hace tiempo pero nunca había plasmado, pues allá que voy, a daros la brasa con mis idas de olla, para no variar. 

El caso es que hace tiempo me di cuenta (o al menos eso creo, mi percepción puede estar equivocada) de que las grandes bandas de rock duro/heavy metal se podían agrupar en tríadas, las cuales se corresponderían más o menos a razón de una tríada por cada década. Así que procedo a hacer una lista de...

LAS SANTÍSIMAS TRINIDADES DEL METAL 

1. AÑOS 70: LED ZEPPELIN, DEEP PURPLE Y BLACK SABBATH.

He aquí a los padres del invento. En puridad, Deep Purple no son heavy metal sino hard rock, y Led Zeppelin casi se salen de cualquier clasificación: son lo previo al metal, incluso al hard rock, y al mismo tiempo van más allá. Pero da igual: para los que somos heavies clásicos, todo es heavy y punto 😝. Los que sí se puede decir que fueron la primera banda de heavy metal certificada son los Black Sabbath, pero entre los tres grupos sentaron las bases del estilo dominante en toda la década, por lo menos hasta que llegaron los punks en el 77 y la liaron parda. Lo curioso es que a los primeros que escuché fue a los Deep Purple, y en teoría debería preferir a los Sabbath, pero en realidad de los tres mis favoritos y a los que más valoro son los Led Zeppelin.
Igual que los Beatles, Led Zeppelin tenían un quinto miembro: la melena de Robert Plant
Ozzy fue el primer true metal pagan with rebequita de lana
Ritchie Blackmore se dejó bigote para que dejaran de confundirlo con un búho

2. AÑOS 80: JUDAS PRIEST, IRON MAIDEN Y AC/DC.

¡Mi primera camiseta chispas!
Igual que Led Zeppelin y Deep Purple en la santísima trinidad inicial, AC/DC no es heavy metal, pero también aceptamos pulpo. En realidad los tres grupos comenzaron sus carreras en los años 70, pero cuando consolidaron su estilo (bueno, AC/DC ya lo tenía consolidado de sobra; más que consolidado, fraguado en cemento Portland, porque son tan inmutables como Ana Blanco y su peinado) y sobre todo cuando lo petaron todo fue en los 80. Los Judas y los Maiden, en especial, contribuyeron a fijar la estética más clásica del heavy metal: Rob Halford con su cuero y sus tachuelas directamente extraídos de la estética gay leather (siempre me ha encantado esa paradoja de que muchos heavies machistas como ellos solos vistieran igual que los gays más notorios y activos) y las portadas de discos protagonizadas por Eddie, la "mascota" de los Maiden, plasmadas en camisetas negras que con el tiempo acabaron vendiendo hasta en el Bershka, pero que no podían faltar en el armario de ningún heavy de pro. Aunque fuera el único signo de que el heavy en cuestión lo era, porque a muchos sus padres no les dejaban llevar el pelo largo ni los vaqueros elásticos 😆. Con el tiempo fueron los Blind Guardian los que tomaron el relevo en el tema de las camisetas, pero los que sentaron las bases fueron los Maiden.

Y encima graban el vídeo de "Hot Rockin" tal que así. A Halford sólo le faltó salir con la bandera del arcoiris como capa a lo Superman XD
"A nosotros dejadnos de historias y traednos priva"
3. AÑOS 80, SEGUNDA PARTE: METALLICA, ANTHRAX Y MEGADETH.

Los años 80 fueron la edad de oro del heavy, y que tuvieran no una sino dos santísimas trinidades lo demuestra. A mitad de la década, aunque el género estaba en su punto más álgido, la fórmula comenzaba a estancarse. Mientras las discográficas y las radiofórmulas promocionaban a grupos que tiraban más por el hard rock suave, desde grupos de AOR ya veteranos a jovenzuelos hair metal herederos del glam de los 70 (estilos que también me gustan, que algunos de mis primeros grupos favoritos fueron Bon Jovi y Foreigner, por ejemplo) para llegar a más público, algunos nuevos grupos, fans de la segunda santísima trinidad y sus derivados, la NWOFBHM (no he estornudado, son las siglas de la New Wave Of British Heavy Metal) decidieron que la solución estaba en irse al otro extremo: meter más tralla hasta llegar al límite permitido por la capacidad auditiva humana. Los pioneros fueron Metallica, Megadeth (que en realidad era una escisión muy temprana de los Metallica) y Anthrax, que comenzaron por tocar a más velocidad (o sea, a hacer speed) y le dieron además un toque especial a la forma de tocar sus instrumentos, principalmente las guitarras, inventando el thrash (=trillar, y también azotar, golpear; vamos, que les pegaban unas palizas a las cuerdas de las guitarras de flipar). Por supuesto crearon escuela y surgieron cantidad de grupos que sonaban aún más extremos, como los Slayer, y miríadas de nuevos subgéneros: hardcore, grindcore, doom, death, black... Yo ahí fue cuando ya me perdí y renuncié a intentar aprenderme todas esas subdivisiones, porque el árbol genealógico resultante era más complicado que el de la familia de Sirius Black.

Cuando los Metallica aún usaban Clearasil en lugar de Just For Men
Sí, amigos: hasta los heavies más duros se cardaban el pelo
"Somos más malotes que el hermanastro de la pelirroja de Stranger Things"
4. AÑOS 90: PEARL JAM, SOUNDGARDEN Y NIRVANA.

Antes de que me saltéis a la yugular mientras gritáis: "¡Esos no son heaviiiiieeeeeees! ¡Muerte al gruuuuunge!", dejad que me explique: sí, ya lo sé. Como comentaba en el párrafo anterior, a mitad de los 80 el heavy metal clásico comenzó a estancarse y a decaer mientras se subdividía en múltiples subgéneros, como si intentara sobrevivir a base de reproducirse a lo loco. Aun así llegó un momento en que la decadencia está prohibida en tu menteeeeee... Ay, perdón, que se me va. Como decía, la decadencia del heavy metal por puro agotamiento provocó que, con el cambio de década, surgieran nuevos grupos que decidieron hacer borrón y cuenta nueva y crear otros estilos con bases musicales comunes pero con planteamientos y objetivos muy distintos a los metaleros de los años 80. Así surgió el grunge, que en el fondo lo que hizo fue retroceder para tomar impulso desde las raíces setenteras del rock duro, y mientras Nirvana se inspiraban más en el punk y los primeros grupos de garaje, Pearl Jam tiraba más por derroteros hardrockeros, incluso folkies (para mí son los que más me recuerdan a Led Zeppelin) y Soundgarden se inspiraban más en Black Sabbath y el rollo stoner. Muchos declararon el acta de defunción del heavy metal, aunque con el tiempo se podría decir que los rumores sobre su muerte habían sido exagerados. En fin, estos grupos ya eran otra historia, pero sin embargo siguieron reproduciendo el esquema trinitario de las décadas anteriores. 

"Mierda, se ha acabado el papel. Sí, el del váter también"
"Ups, nos han pillado"
"¡Mira, un OVNI! (¡Corre, Chris!)"
Que, por cierto, a mí estos tres grupos me encantan. Es lo que tiene ser politoxicómana, que le doy a todo mientras pueda. Eso sí, con el cambio de siglo llegué a mi límite. Como comentaba el otro día en un hilo de Twitter con Juanma Santiago (holiiiiii), a partir del 2000 ya no me daban más de sí las arterias y tuve que reducir las dosis de nueva música, más que nada porque la que se producía a partir de esas fechas ya estaba demasiado adulterada para mi gusto. Así que volví a la cerveza de toda la vida, permitiéndome sólo en ocasiones algunos chutes de Rammstein y otras hierbas variadas. En realidad, yo también he vuelto a mis raíces, en el sentido de que escucho prácticamente de todo, sea de la época y del estilo que sea, salvo alguna excepción como el reguetón y los triunfitos, porque eso no es drogaína, eso es matarratas. Pero aunque con los años me haya vuelto atea, sigo teniendo mucha devoción por las santísimas trinidades. El rock es mi pastor, nada me falta. Ea, id con Lemmy.

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