lunes, 12 de noviembre de 2012

Abierto por huelga general

Como sabéis, el 14 de noviembre está convocada una huelga general. No sólo aquí, sino en otros países europeos: Italia, Francia, Portugal, Grecia, Bélgica, Malta y Chipre. Es decir, los países más machacados por la crisis y la política de la nefasta Troika salvo Irlanda, además de Francia y Bélgica, que me imagino que estarán poniendo sus barbas a remojar; supongo que Malta y Chipre también estarán sufriendo esa crisis, aunque sean tan pequeños que no salgan en las noticias.

Reconozco que no seguí la huelga anterior de 2010. Ya sé que suena a excusa, pero con mi antiguo sueldo de nimileurista iba tan pillada que no me podía permitir perder un día (ya sabéis que por un día de huelga no te descuentan sólo lo que te correspondería cobrar por ese día, sino también la parte prorrateada por vacaciones, pagas extras y demás; total, que la broma te puede salir por un pico). También, la verdad, no estaba muy conforme (y sigo sin estarlo) con los sindicatos convocantes. Entonces todavía no había surgido oficialmente el 15M como movimiento que pudiera aglutinar a los que no queríamos seguir a los sindicatos oficiales pero tampoco estábamos conformes con la situación, así que ese día fui a trabajar. Algunos compañeros y amigos míos sí hicieron huelga y aplaudí su decisión. Con todo lo que vino después, de haberlo sabido probablemente sí habría hecho huelga, aunque el resto del mes las hubiera pasado canutas. Pero ahora que se convoca otra huelga me vuelven a escamotear la posibilidad de seguirla: estoy sin trabajo.

Bonito panorama, la verdad. Casi seis millones de españoles no podremos hacer huelga laboral porque no tenemos trabajo. Por otra parte, el gobierno actual, que cada día va adquiriendo un gris más cadavérico, digno de zombis resucitados de los años 70, se dedica a criminalizar y perseguir las manifestaciones en la mejor tradición del no tan antiguo régimen. Eso ha provocado que desista de asistir a las manifestaciones que se convocarán para ese día, y me da rabia porque en cierto modo es un triunfo para ellos. Pero en mi estado no quiero arriesgarme a llevarme un porrazo o un empujón de un antidisturbios y que mi niño sufra las consecuencias. Nunca antes me había planteado ese problema: hace años, asistí a manifestaciones como la del no a la guerra o a la del 12M, y también estuve en las primeras concentraciones y manifestaciones del 15M; en ellas siempre vi a todo tipo de personas, incluidas familias con niños, y el único inconveniente que sufrí fue en una de las de Acampada Sol, que quisimos llegar a entrar en Sol pero estaba tan petado que nos tuvimos que volver a subir por donde habíamos bajado, la calle Montera, y durante unos minutos sufrimos cierta incomodidad por el apelotonamiento. Pero nunca se me había ocurrido que volveríamos a ver escenas como las de las últimas manifestaciones, especialmente las de "Rodea el Congreso", en las que los antidisturbios persiguieron con saña a los manifestantes. Que se quiera criminalizar la resistencia pasiva o la convocatoria de manifestaciones me suena tan orwelliano que me da escalofríos. 

Así pues, el seguimiento de los métodos tradicionales de huelga, al menos en mi caso, parece descartado. También habría que ver si esos métodos siguen siendo válidos, aunque no tanto por los métodos en si, sino porque sus efectos ya no son los mismos que antes. Los sindicatos mayoritarios están vendidos desde el momento en que se financian con subvenciones del Estado, y el gobierno actual desdeña tan descaradamente las reivindicaciones de los huelguistas que parece que no sirve de nada convocar una huelga. Mucho me temo que el día 15 Marianico el Corto declarará tan ufano que el seguimiento de la huelga ha sido ridículo y se volverá a atribuir el apoyo de la mayoría silenciosa que, según él, otorga porque calla. 

Pues no, Mariano. Porque no asista a alguna de las manifestaciones convocadas para el día 14 o no acuda a mi puesto de trabajo, más que nada porque no lo tengo, no quiere decir que esté apoyando tu desmantelamiento de los últimos vestigios del escasito Estado de bienestar del que apenas habíamos empezado a participar. Hay otras maneras de apoyar la huelga. Una de ellas es la huelga de consumo, y espero que haga la suficiente pupa. Al menos ahí sí puedo contribuir, absteniéndome de comprar nada, de desplazarme en transporte público o privado y consumiendo la menor cantidad de energía posible. Igual que el día 15 iré a hacerme unos análisis que en principio tendrían que haberme hecho el día 14: la administrativa que me atendió en citaciones me advirtió de que ese día había huelga, y yo misma le sugerí que me diera cita para otro día, el siguiente o el que fuera: por un día que tarde en hacerme esos análisis no me va a pasar nada, y es mi forma de apoyar a los profesionales sanitarios a los que les están quitando, entre otros muchos derechos, el de poder asistir en condiciones dignas a los que necesitamos sus servicios.

Y gritaré, gritaré bien alto. Obviamente, no lo haré a través de los medios tradicionales que vosotros controláis: ya me imagino que la televisión pública hará un seguimiento informativo de la huelga similar al que ya hizo en su momento Urdaci, reduciendo la importancia que pueda tener la huelga tanto como pueden reducir al absurdo las siglas a las palabras. De la prensa escrita, para qué hablar: seguro que La Razón y sus colegas volverán a hacerle la competencia a El Mundo Today con titulares propios de un festival del humor idiota. Pero lo haré por otros medios como las redes sociales, o como estoy haciendo ahora mismo con este humilde blog, que no llegará muy lejos, poco más allá si acaso del portal de mi casa, pero si no es él, otros pueden conseguirlo. Gritaré: no, Mariano, no te voté, no me representas, no estoy de acuerdo contigo en nada de lo que haces, y no conseguirás convencerme. Tal vez el día de mañana mi hijo no tendrá las mismas oportunidades que tuve yo, pero lo que sí puedo hacer es enseñarle que otro mundo es posible.

4 comentarios:

  1. A riesgo de que lue se me tache de muchas cosas, yo mañana iré a trabajar, cumpliré mi jornada (bueno saldré antes, que el jefe ha sido majo y no le importa que salga antes) y me iré a la manifestación. Nu se, si mi pensamiento o postura es la mejor o no, pero es la mía, y ante todo intento ser consecuente con mi forma de hacer las cosas, y eso no significará que apoye lo que está pasando, en fines, solo quería contarlo :P

    espero que el jueves no estemos muy afónicas

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    1. Mucha gente ha hecho eso, porque en su trabajo no está el horno para bollos, pero querían protestar de una manera u otra ante la situación. Yo creo que después de ver lo masivas que fueron las manifestaciones de ayer, la mayoría no es tan silenciosa :).

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  2. La huelga es un acto simbólico, un derecho que podemos usar (yo lo hago) o que podemos renunciar en pos de nuestra libertad por trabajar. Lo más importante es tener conciencia y luchar, cada uno como mejor sepa, no necesariamente de forma sindical, pero desde luego, combatir a la apatía y al conformismo de: no vamos a conseguir nada

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