jueves, 11 de julio de 2013

Tres

Tres años. Hoy cumplo tres años con Carlos, el que es el hombre de mi vida y el padre de mi hijo. También somos tres ahora en casa, con Eric. O cinco, contando a los gatos, que también son de la familia, pobretes. 

Tres años. Si hace tres años y un día me dicen que hoy iba a estar escribiendo lo que acabo de escribir, les habría preguntado que qué habían fumado, que yo también quería porque tenía pinta de ser muy bueno. Qué cosas.

Son reales, lo juro.

No es más que un número. Hace dos días estaba exactamente en la misma situación que ahora. Pero los humanos somos así, nos gusta marcar hitos, establecer símbolos, asignar un significado a lo arbitrario para dotarlo de sentido. Pero para los humanos pequeñitos, como para cualquier animal, eso no se aplica. Ahora mismo escribo esto al lado de mi hijo, mientras con un pie mezo su hamaca para que se eche un sueñecito, que le está costando, en plan mujer orquesta. Así es ahora mi vida, y es la razón por la que no he escrito nada desde hace algo más de tres (otra vez el número) meses: un bebé es lo más parecido que hay a un agujero negro en cuanto a poder de atracción. Todo (familia, amigos, actividades, necesidades) es arrastrado a su órbita sin remedio. Es ley de vida: el humano pequeñito tiene que crecer y llegar a adulto con éxito y para ello se dispondrán todos los medios necesarios. Pero por ahora, para él, tres años no significan nada, como tampoco tres minutos. Vive en un presente continuo, en el que en un momento está llorando porque la tos de su madre le ha asustado (estamos acatarrados, sí, mi tesssoro) y al siguiente se ha dormido gracias al balanceo de la hamaca.

A este paso, Eric tendrá más peluches que la prota de "Dentro del laberinto".
En fin, poco a poco, iré haciendo mi vida, mientras me dedico a criar a mi humano pequeñito.  En este momento, mientras escribo al mismo tiempo que mezo su hamaca, miro su preciosa carita perfecta y eso me compensa el esfuerzo de hacer de mujer orquesta. Perdonadme que me haya vuelto un poco monotemática. Es lo que tiene pasar las 24 horas del día con un humano pequeñito. Pero procuraré no descolgarme del todo por el horizonte de sucesos . Ya iré dando noticias por aquí de vez en cuando. Sed felices.


6 comentarios:

  1. Tres años desde que empezaste a robarme a mi pequeño ...

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    1. Yo no te robé nada, él se vino conmigo por su propia voluntad :P.

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  2. :) Qué bonito vecinilla!!

    Un besazo enorme para los cinco

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    1. ¡Muchas gracias, guapa! :D Besotes para vosotros tres (porque me imagino que ahora Haku está con vosotros, ¿no?).

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  3. Fotaza la de los gatetes =)
    Enhorabuena, Primi ^^

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    1. Zenkiu verimach! ^^ La foto de los gatetes es fácil, sólo tienes que poner una araña colgando en lo alto de la ventana y el resto lo hacen ellos solos XD.

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