Como suele ser habitual en este blog, y más desde que cierto vikinguito me tiene bastante ocupada, escribo una nueva entrada al cabo de ni se sabe... Felicitaros el nuevo año a estas alturas ya queda bastante raro, ¿verdad? :P Daos por felicitados y ya está. Qué narices, si creo que ya lo hice en la última entrada XD.
En fin, aquí estoy de nuevo, con una entrada que prometí que sería más liviana que las últimas, que me habían quedado muy intensas :P. Hace unas semanas se pusieron de moda en el facebook unas cuantas cadenas: “los diez libros que más te hayan influido”, “un autor de cómic para llenar de imágenes de cómic el facebook”, “un pintor para lo mismo”, etc. A raíz de eso, se me ocurrió comentar los libros que que no había podido leer por insufribles (y, creedme, ya es difícil, con lo que me gusta leer). Ahora se me ha ocurrido comentar aquí las canciones que han terminado por resultarme más insoportables. No necesariamente tienen por qué ser truños que destaquen por su mal gusto; todos sabemos el daño que puede hacer que te repitan machaconamente una canción hasta que acabas odiándola. Es el caso de varias de las que voy a comentar aquí, aunque os aviso de que habrá otras que si queréis escucharlas será bajo vuestra responsabilidad; luego no vengáis a reclamarme por daños auditivos y cerebrales :P.
Así que comienzo. El orden no es indicativo de ninguna jerarquía ni de un odio mayor o menor hacia cada canción, aunque supongo que las primeras que me vengan a la cabeza será porque mi inconsciente me las sugiera con más fuerza :P.
“Corazón partío”, de Alejandro Sanz
En fin, aquí estoy de nuevo, con una entrada que prometí que sería más liviana que las últimas, que me habían quedado muy intensas :P. Hace unas semanas se pusieron de moda en el facebook unas cuantas cadenas: “los diez libros que más te hayan influido”, “un autor de cómic para llenar de imágenes de cómic el facebook”, “un pintor para lo mismo”, etc. A raíz de eso, se me ocurrió comentar los libros que que no había podido leer por insufribles (y, creedme, ya es difícil, con lo que me gusta leer). Ahora se me ha ocurrido comentar aquí las canciones que han terminado por resultarme más insoportables. No necesariamente tienen por qué ser truños que destaquen por su mal gusto; todos sabemos el daño que puede hacer que te repitan machaconamente una canción hasta que acabas odiándola. Es el caso de varias de las que voy a comentar aquí, aunque os aviso de que habrá otras que si queréis escucharlas será bajo vuestra responsabilidad; luego no vengáis a reclamarme por daños auditivos y cerebrales :P.
Así que comienzo. El orden no es indicativo de ninguna jerarquía ni de un odio mayor o menor hacia cada canción, aunque supongo que las primeras que me vengan a la cabeza será porque mi inconsciente me las sugiera con más fuerza :P.
“Corazón partío”, de Alejandro Sanz
A mí Alejandro Sanz nunca me ha gustado, aunque al comienzo de su carrera ni me iba ni me venía. Pero con el tiempo se ha sabido ganar a pulso el odio de buena parte del mundo mundial, y a ello contribuyó que repitieran en todas las emisoras y cadenas de televisión esta canción chorrocientos millones de veces. La odiamosssssssssssss, tesssssssssssoro. La odiamos mucho.
“Walking on Suinshine”, de Katrina and the Waves
¡Síiiiiiiiiiii! La odio. Ya dije que en esta lista también tenían cabida canciones que seguramente pensaréis: ¿pero por qué, si es buena? No digo que esta canción no sea buena, o al menos pegadiza. Pero precisamente por eso la odio: ¡¡¡estoy hasta los mismísimos de ella!!! Es la típica canción buenrollera que ponen en todas las fiestas y recopilaciones porque es divertida, todo el mundo la conoce y la baila, a todo el mundo le gusta... PUES A MÍ NO. Si al principio me pudo hacer gracia, también acabé de ella hasta el moño después de oírla otros chorrocientos millones de veces.
“Suavemente”, de Elvis Crespo
Posiblemente, si hay una canción que tenga que elegir entre todas las demás como la más odiada y aborrecida sea ésta. Los que tenéis menos de treinta años os habéis librado de la tortura por excelencia de los sábados por la noche a principios de los noventa: entrar en cualquier garito, CUALQUIERA, y que estuviera sonando esta canción. Y no una vez o dos, no. Cada media hora te la repetían hasta que te daban ganas de: a) arrancarte las orejas para no escucharla más o b) degollar al pincha con el cd de la canción. Si ya me hacían poca gracia la salsa, el merengue y similares, después de esta moda pasajera pero letal como una apisonadora los acabé aborreciendo para los restos.
“Still Loving You”, de Scorpions
Aquí supongo que es cuando todos os lleváis las manos a la cabeza y exclamáis: “¿Pero por quéeeeeeeee? Si es tan bonitaaaaaaaa... Es la mejor balada de heavy de la historia”. Por eso la he acabado cogiendo tanta manía: porque como es el ejemplo más típico de balada heavy y como tal la han machacado por todas partes hasta la extenuación, he terminado por odiarla. Bueno, a malas, la puedo soportar mejor que otras canciones que odio, claro, pero aun así me cuesta. Si acaso, como mejor la aguanto es en la versión cañera que hicieron los Sonata Arctica, que al menos la hace sonar de forma diferente. Pero, por los dioses, si podéis, evitad pincharla en mi presencia. De verdad, los Scorpions son uno de mis grupos favoritos, adoro “Holiday” o “Always Somewhere”, pero no puedo con “Still loving you”. Y tampoco trago mucho “Winds of Change” por lo mismo...
“Colgando en tus manos”, de Carlos Baute y Marta Sánchez
Fijaos que a esta canción al principio no la tenía especial manía. La primera vez que la oí incluso me hizo gracia. Pero ocurrió lo de siempre: la machacaron tanto que la pillé una manía que pego un respingo cada vez que oigo por ahí alguna nota que se escapa de alguna televisión o radio. Tampoco contribuye a mejorarla la tontería de los intérpretes.
“Live is Life”, de Opus
Seguramente a los que seáis más jóvenes este tema tampoco os sonará, pero si habéis crecido en los ochenta como yo, seguro que lo sufristeis. Otro tema sencillo y pegadizo del que acabé harta no, lo siguiente, por pura repetición. Menos mal que fue un “one hit wonder” y que yo sepa de esta gente no se volvió a tener noticias.
“Échame una mano, prima”, de Niña Pastori
http://youtu.be/hxmYstGVLKo (No sé por qué, no puedo enlazar el vídeo directamente. Eso que os ahorráis.)
¿Una mano? Las dos le echaba, al cuello. La primera canción con la que se hizo famosa la Niña Pastori, aquel “Tú me camelas”, todavía me gustó y todo, aunque también acabé un poco harta. Pero la que terminé por odiar profundamente es ésta. No sólo porque sea repetitiva de por sí, es que encima tuve que aguantarla una semana entera sin descanso por culpa de un chiringuito de las fiestas de mi antiguo barrio (que desde hace años se sitúan justo al lado de la casa de mis padres) que tenía puesta la puñetera canción en bucle. Para cortarse las venas, de verdad.
En fin, por ahora (y para bien de mi salud mental y de vuestros oídos) no se me ocurre ninguna canción más a la que tenga especial inquina. Supongo que mi cerebro no da más de sí; además, lo que se me viene ahora a la cabeza no son temas individuales, sino géneros completos como el reguetón, las sevillanas (otra moda que me saturó hasta la extenuación), o artistas a los que no soporto en general y que me provocan urticaria sólo con oír unas notas de cualquier canción suya (así, a bote pronto, me acuerdo de José Luis Perales, Julio Iglesias, Modestia Aparte, Un Pingüino en mi Ascensor, prácticamente cualquiera de Operación Truño, El Canto del Loco, Carlos Goñi con y sin Revólver...). Ahora es vuestro turno: ¿qué canciones odiáis y por qué? No os cortéis :P.