Últimamente sigo en Twitter a una
tuitera muy graciosa, @_TheIronMaiden_ , tan graciosa como friki, que escribe
unos hilos desternillantes, muchos dedicados a las películas de El señor de los
anillos. Hace bastante tiempo que no las veo, pero gracias a esos hilos, además
de partirme de risa, vuelvo a recordar detalles que tenía olvidados. Uno de
ellos es la presencia de un personaje muy secundario, realmente un extra, que
sin embargo consiguió una gran repercusión en Internet: Lindir, más conocido
como Figwit. Si eres joven y no viviste la explosión internetera de cuando se
estrenaron las películas, o no eres un frikazo como yo, te estarás preguntando:
“¿Quién coño es Figwit?”. Me alegro de que te hagas esa pregunta, porque eso es
justo lo que su nombre significa XD.
Mira que eres Lindiiiiir, qué precioso eres |
Me explico: en La comunidad del anillo, en
la escena del Concilio de Elrond, entre los personajes que aparecen al fondo,
casi todos elfos de Rivendel, hubo uno que por azar o porque Peter Jackson
decidió ponerlo en esa posición resultaba bastante visible, pero no pronunciaba
una sola palabra y se le veía tan lánguido que parecía una parodia del concepto
de elfo tolkieniano. A algunos con mucho cachondeo en el cuerpo y bastante tiempo
libre les dio por elucubrar sobre ese personaje, tan notorio como superfluo. Como
no aparecía mencionado por ninguna parte, se les ocurrió llamarle Figwit, cuyas
letras son las siglas de "Frodo is grea...who is THAT?!?". La coña se viralizó y el personaje cobró tanta
relevancia que ya en El retorno del rey le dieron un par de líneas de diálogo:
cuando Arwen, que marcha hacia los Puertos Grises, decide dar media vuelta y
quedarse en la Tierra Media y Figwit, que forma parte de su séquito, haciendo
honor a su reputación, le dice en un tono estudiadamente mustio: “Dama Arwen.
No hay que demorarse. ¡Mi señora!”. La coña llegó a su punto culminante cuando le
dedicaron un documental que está disponible en Youtube: Figwit Documentary y que incluso
recibió premios, y por supuesto en El hobbit le volvieron a dar un papelito
pequeño pero con algunas líneas de diálogo en la corte de Elrond y por fin le
pusieron un nombre oficial: Lindir, un elfo que es mencionado en la obra
original de Tolkien cuando Frodo llega a Rivendel.
Malditos enanos. Mira, de verdad, esto no está pagao. |
Supongo que la coña tuvo tanto éxito entre otras cosas porque, como veis, Peter
Jackson y compañía la aceptaron y promovieron haciendo gala de su sentido del
humor, que al propio actor que lo interpreta, Bret McKenzie, no le falta porque
resulta que es, entre otras cosas, uno de los dos componentes del dúo humorístico-musical
Flight of the Conchords (si no los habéis visto nunca ya estáis corriendo a buscarlos
en Youtube, son unos cracks. Y son amiguetes de Taika Waititi, of course). Por
cierto, su padre es el que hace de Elendil en el prólogo de La Comunidad. Pero
él fue el primer sorprendido por la fama que su personaje consiguió. ¿Qué fue
lo que prendió la primera chispa que desencadenó el fenómeno?
Mi teoría es que en la base de la
coña subyace algo que nos ocurre a muchos fans de El señor de los anillos: los elfos
de las películas de Peter Jackson son RAROS. Muy raros. Muchos dirán que,
directamente, son “raritos”, ya sabéis en qué sentido, y creo que parte de razón
no les falta 😅. El problema es que Tolkien describe a los elfos de ambos
sexos como seres extraordinariamente hermosos, y cada uno los imagina como
quiere, pero llevar eso a imagen real es muy difícil en el caso de los elfos
varones, porque ya sabemos que la belleza es una cualidad que se valora
principalmente en las mujeres, por lo que cuando se presenta en un grado
superlativo en un hombre se percibe como un síntoma de afeminamiento. Eso,
unido al carácter propio de los elfos, aparentemente mucho más refinado y
desapegado de las preocupaciones materiales que el de los hombres o los enanos,
les ha creado una fama muy particular entre muchos de los fans de Tolkien. Hablando
en plata: para sus detractores, los elfos son unos maricones. Sí, añadidle
todas las connotaciones negativas que queráis a ese término, aunque estén bañadas
con una capa considerable de jolgorio. Que no tengo nada en contra de que la
naturaleza de los elfos sea mucho más andrógina o directamente femenina que la
de los humanos, el problema es que es muy difícil representar esa naturaleza con
actores que, obviamente, no tienen esa belleza élfica irreal. La verdad, a
juicio de muchos (yo me incluyo) el look de los elfos de las películas no ayuda demasiado. Es muy difícil caracterizar a actores masculinos con un look andrógino y
refinado y que, si no son realmente bellos por naturaleza, no parezcan unos
travestis de la Tierra Media. Figwit todavía tiene a su favor que Bret McKenzie,
al menos, es guapete, así que su aspecto es lánguido pero no da dentera, y
Orlando Bloom es posiblemente el único que ofrece un aspecto realmente
convincente como elfo en las películas, independientemente de que sea mejor o
peor actor (menos mal, porque era uno de los protas 😂), pero el problema llega
cuando el actor no es especialmente atractivo o tiene un tipo de belleza muy
masculino: el efecto drag queen es demoledor. No lo digo ya tanto por Hugo
Weaving, que al fin y al cabo es un gran actor y consigue que pasado el shock
inicial nos acostumbremos a verlo con la diadema de Barbie Superstar (y
recordemos que Elrond es medio humano, no tiene por qué ser tan guapo como un
elfo de pura cepa), ni tampoco por Celeborn, que por suerte sale poco, sino
sobre todo por otro elfo que nunca dejaré de considerar un error de casting
garrafal: Haldir. Lo siento por Craig Parker, que hace lo que puede, pero no he
visto a nadie que le siente peor el pelucón rubio que le plantaron. En serio,
al natural ese hombre es guapo y todo, pero tiene un tipo de belleza que no
pega ni con cola para un elfo. Seré una mala persona, pero para mí fue un
alivio cuando cayó en la batalla del Abismo de Helm. No puedo con él, de verdad,
no puedo, no puedorrrrrrr.
Si es que no puedo con esa cara de pan de lembas >.< |
Yo creo que el mismo Peter Jackson y sus colaboradores eran conscientes de
ello, y viendo que no eran capaces de dar con la tecla adecuada para paliar ese
efecto drag queen no buscado, pensaron que de perdidos al río y fueron a por
todas. Y así es como hicieron de la necesidad virtud y en las películas de El hobbit nos presentaron a la auténtica reina de las hadas, que es ni más ni
menos que Thranduil, el rey elfo del Bosque Negro y padre del mismísimo
Legolas. Lee Pace, el actor que lo encarna, aparte de ser razonablemente guapo
y bastante versátil (cuando me enteré de que interpretaba a Ronan el Acusador
en las películas del MCU me quedé con el culo torcido XD) debe de ser un
cachondo mental y, con la venia del director y los guionistas, creó a la verdadera
reinona de la Tierra Media, con el permiso de Galadriel. Seguramente sabía lo
que iban a opinar los trve fans de él, así que pensó: “Conque sí, ¿eh? Pues os
vais a enterar”. El resultado es tan glorioso que para mí es de lo mejorcito de
las películas de El hobbit, y lo digo en serio. Es que, de verdad, por favor, me
muero con esa corona de Miss Arda de la Tercera Edad, con esa melena Pantene
combinada con esas cejas de supersaiyajin, con esa montura que parece el padre
de Bambi ultrahormonado, y sobre todo con esa prestancia, ese estilazo, esa
mirada superreconcentrada de desprecio por todos los mortales de la Tierra
Media y parte del extranjero. Que sólo le falta llevar un neón flotando sobre
su cabeza que diga “Bitch, I’m fabulous”. Bueno, no, no le hace falta, todos lo
sabemos.
En fin, salvo la honrosísima excepción de Thranduil, que asumió su naturaleza con todas las consecuencias, y de su hijo Legolas, que es el mejor atisbador de la lejanía de la Tercera Edad y tiene el mérito de haber inventado el surf en épocas tan pretéritas, los elfos de PJ no han conseguido estar a la altura de las expectativas de muchos de nosotros. Me pregunto si hay alguna forma realmente satisfactoria de representar a un elfo que sea al mismo tiempo bellísimo y majestuoso como se espera de su raza sin caer en la parodia o la horterada. Creo que lo más parecido al concepto élfico tolkieniano, al menos a nivel estético, que he visto ha sido en un medio que en teoría está en las antípodas de la literatura fantástica que Tolkien consagró: en el manga y anime japonés, cuyos autores son capaces de diseñar personajes masculinos realmente hermosos de belleza etérea y, sin embargo, no dan sensación de fragilidad o falta de carácter. Pero no son seres humanos reales, claro, así que el problema de representar personajes élficos en imagen real sigue pendiente. Tengo verdadera curiosidad por ver cómo lo resuelven los de Amazon en la futura serie basada en El señor de los anillos que están preparando. También tengo ganas de ver si aparece algún elfo en la serie de Netflix de Geralt de Rivia, ya que en los libros de Andrzej Sapkowski sí aparecen elfos, pero no sé si en la adaptación a televisión se los fumarán o no. Si bien se parecen mucho a los elfos de Tolkien, tienen características propias que creo que harían más fácil su representación con seres humanos. Pronto lo sabremos. Hasta entonces, namarië 😉.
No lo había pensado pero es verdad. Los elfos del imaginario de Tolkien son amanerados, afeminados. Me recuerdan a aquellos vampiros capullos y alelados de Entrevista con el vampiro o algo así, que te daban ganas de soltarles una buena manopla con la mano bien abierta.
ResponderEliminarSí, pero, a ver: el problema no es que sean afeminados, a mí eso me da igual (y debería darle igual a cualquiera que no sea homófobo). La cuestión es que esa belleza irreal que poseen tanto elfos como elfas es muy difícil de representar, y según los parámetros humanos significa percibir a los elfos como afeminados.
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