Tomo prestado el título de la novela de Joe Haldeman para hablar del que probablemente sea el mejor reportero gráfico especializado en conflictos armados de España en la actualidad, Gervasio Sánchez. Hace poco escuché en la radio que un periodista decía que el sueño de cualquier fotógrafo de guerra era quedarse sin trabajo. Por desgracia, nunca les falta. Gervasio Sánchez ha estado en la mayor parte de los conflictos que han surgido desde 1984, desde América Latina a la primera guerra del Golfo, pasando por la guerra de los Balcanes y la de Ruanda. No se ha limitado a ejercer su trabajo, que ya es mucho, sino que se ha implicado activamente en la denuncia de las consecuencias de la guerra y de los intereses creados que la provocan. En el 2008 provocó una polémica cuando recibió el premio Ortega y Gasset de periodismo, y dedicó su discurso a denunciar que España era una de las mayores potencias exportadoras de armas de guerra, especialmente de minas antipersona, y justo bajo el mando de Rodríguez Zapatero se había aumentado la producción. No se cortó un pelo en proclamarlo, a pesar de que sabía que eso le podía conducir al ostracismo, y lo siguió denunciando en su blog: Los desastres de la guerra: El mejor traficante de armas abandona la Moncloa.
A pesar de eso, sigue en activo y ahora se puede ver una exposición antológica de su toda obra. Parte de ella, un bloque denominado "Vidas minadas", está dedicada al seguimiento que hizo durante años de varias personas que conoció durante las guerras de los Balcanes y del centro de África, civiles que en muchos casos aún eran niños y que, con mayor o menor fortuna, han seguido viviendo con las secuelas que les causó la guerra: pérdida de miembros por culpa de las minas antipersona, otras secuelas físicas, pérdidas familiares, destrucción de su entorno, desarraigo... Aun así, han conseguido salir adelante, como la joven de la foto, Sofía Elface Fumo, una mozambiqueña que perdió sus piernas siendo una niña y hoy tiene dos hijos. La exposición se muestra en las antiguas naves de la Tabacalera en Madrid. Aquí tenéis más información: Gervasio Sánchez reúne en una antológica el drama de los conflictos armados. Al enterarme de que se había inaugurado esta exposición, he pensado que sería bueno difundirlo. En cuanto tenga un rato iré a verla.
A pesar de eso, sigue en activo y ahora se puede ver una exposición antológica de su toda obra. Parte de ella, un bloque denominado "Vidas minadas", está dedicada al seguimiento que hizo durante años de varias personas que conoció durante las guerras de los Balcanes y del centro de África, civiles que en muchos casos aún eran niños y que, con mayor o menor fortuna, han seguido viviendo con las secuelas que les causó la guerra: pérdida de miembros por culpa de las minas antipersona, otras secuelas físicas, pérdidas familiares, destrucción de su entorno, desarraigo... Aun así, han conseguido salir adelante, como la joven de la foto, Sofía Elface Fumo, una mozambiqueña que perdió sus piernas siendo una niña y hoy tiene dos hijos. La exposición se muestra en las antiguas naves de la Tabacalera en Madrid. Aquí tenéis más información: Gervasio Sánchez reúne en una antológica el drama de los conflictos armados. Al enterarme de que se había inaugurado esta exposición, he pensado que sería bueno difundirlo. En cuanto tenga un rato iré a verla.
Ojalá un día los reporteros de guerra se tengan que reciclar laboralmente. Desde luego, por ahora no va a ocurrir.
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