Ya amenazaba ayer con
otra reseña, y hoy cumplo mi promesa. Si ayer era sobre un libro de
poesía, esta vez es sobre un libro de fantasía, un género al que
estoy más acostumbrada a leer, como mucha gente, pero no por ello
sufre menos de un exceso de tópicos sobre sus características, al
igual que la poesía.
No abundaré mucho sobre
esos tópicos, la mayoría los conocemos de sobra (literatura apta
sólo para niños y adolescentes, escasa calidad literaria, abuso de
estereotipos, etc.). De todo hay, pero por suerte siempre ha habido
grandes autores que han demostrado la falsedad de esos mitos, y en
los últimos años, gracias al éxito de algunos de ellos, como
George R. R. Martin con su Canción de hielo y fuego o al de
Andrzej Sapkowski con la saga de Geralt de Rivia, el público lector
más generalista ha empezado a comprobar que la literatura fantástica
no sólo no tiene por qué ser un calco de Tolkien, sino que además
no tiene nada que envidiar en calidad a la literatura realista. Lo
que parecía más raro es que este género se cultivara en nuestro
país. Pero también en las últimas décadas este tópico se ha ido
desmintiendo, igual que otro que asegura que la fantasía interesa
más a los hombres. De modo que la novela que voy a comentar es una
rompetópicos, la mires por donde la mires: literatura fantástica de
calidad, escrita por una española. Toma ya.
Me refiero a El sueño
de los muertos, la nueva criatura de Virginia Pérez de la
Puente. No es su primera obra publicada; ya hace un par de años
sorprendió con su debut en Ediciones B, Öiyya: la elegida de la
muerte, una más que estimable ópera prima. Por supuesto,
Virginia no partía de cero, ya llevaba años fogueándose a base de
escribir relatos, fanfics, presentarse a concursos... Así que su
debut literario en la industria editorial no fue ningún farol. Pero
la experiencia es un grado, y se nota en esta segunda novela que
publica, nada menos que con Minotauro. Os copio la sinopsis que
aparece en la contracubierta, para que os hagáis una idea de su
argumento:
“En un reino al borde de la guerra, los destinos de un futuro rey y un esclavo que no se conocen parecen estar irremediablemente unidos.
El príncipe heredero de
Novana, Danekal, intenta averiguar quién está detrás del atentado
que casi le cuesta la vida a su padre en vísperas de la firma de un
tratado con la reina de un país vecino. Al mismo tiempo deberá
lidiar con los nobles que esperan la muerte del rey Tearate para
hacerse con la corona, una horda invasora y sus propios fantasmas
interiores.
Ajeno a ello, Kal, un
hombre esclavizado por su capacidad para encauzar una antigua magia
llamada Shah, pugna por liberarse de las cadenas que lo someten a la
mujer que obtiene de él su poder: su Melliza.
Pese a sus enormes
diferencias, el futuro rey y el esclavo descubrirán que existe entre
ellos una unión, y que es mucho más profunda de lo que ambos
suponen.”
En efecto, éste es el
principal hilo argumental de la historia. Pero hay más, mucho más:
multitud de personajes secundarios, tramas paralelas que al final
están más relacionadas entre sí de lo que parece... El
principio de la novela sirve para presentar estos personajes y
tramas, por lo que el ritmo es más pausado, aunque no por ello
aburrido, pues la información está bien dosificada y se alternan
esos personajes con sus respectivas tramas de forma que no se hace
pesado; pero una vez que arranca definitivamente la acción, el ritmo
se vuelve imparable gracias a giros argumentales que te incapacitan
para soltar el libro hasta que no has leído por lo menos unos
capítulos más. Venga, por lo menos hasta saber qué pasa con este
personaje. Bueno, espera, un poco más, que ahora aparece este otro,
a ver qué pasa. Y así te encuentras con que te has leído ciento y
pico páginas del tirón sin darte cuenta, como me pasó a mí.
Hacía tiempo que no me enganchaba así con una novela, en serio.
Gran parte de ese mérito lo tiene la propia historia, que ya es
suficientemente atractiva por sí sola. Pero no hay que despreciar en
absoluto la parte que corresponde al estilo de Virginia, muy depurado
pero sin caer en la pedantería; al contrario, hay diálogos, a veces
desternillantes, en los que los personajes no se cortan un pelo si
tienen que soltar una vulgaridad, lo que no significa que lo hagan de
forma gratuita para llamar la atención: se expresan de forma
natural, adecuada en cada caso a las características y a la
situación del personaje. Esa naturalidad dota de una gran agilidad a
los diálogos y al mismo tiempo define a los personajes sin necesidad
de añadir acotaciones que lastren el ritmo. Las descripciones son
breves y precisas, y se nota que están bien documentadas. Se percibe
un trasfondo muy elaborado: no en vano esta novela se puede
considerar parte de una trilogía que, si bien no es continuidad de
la anterior, Öiyya, pues no sigue su trama ni, salvo en un
caso, cuenta con los mismos personajes, por lo que se puede leer de
manera independiente, sí está ambientada en el mismo mundo, el
continente de Ridia, que se está revelando mucho más amplio y
variado de lo que aparentaba en un principio. Así, se nos presenta
una variedad de naciones y pueblos con sus respectivas historias y
culturas que a mí personalmente me parecen bastante atractivas.
Si bien ésta es una de
las principales bazas de la novela, hay un caso en el que me da la
impresión de que juega en contra suya, en lo que supone tal vez el
único reproche que le puedo hacer: me refiero a una de las tramas
secundarias, la de los berenitas, una secta dirigida con puño de
hierro (y tal vez con martillo de Thor :P; cuando leáis la novela
comprenderéis a qué me refiero) por Vantar, todo un ejemplo de lo
que un líder fanático es capaz de conseguir cuando se empeña en
destruir a los enemigos de la fe y tiene los medios y los seguidores
necesarios a su alcance. La trama en sí es interesante, está bien
llevada y establece un contrapunto interesante con otras subtramas,
especialmente con todo lo relacionado con el mundo de las shalhias y
los shalhed (esto es, los Mellizos). Pero, aunque está relacionada
con la trama principal (y, como se descubre al final, de una manera
más directa de lo que se sospecha en un principio), durante casi
toda la novela me dio la impresión de que transcurría un poco
descolgada del resto, como si no fuera imprescindible para que la
trama principal no cojeara. Pero, por otra parte, ya digo que es una
trama interesante en sí, y me da la impresión de que en el futuro
puede tener una continuación en la siguiente novela de la trilogía
(aunque ya digo que cada novela es independiente en cuanto a su
argumento), así que tal vez sería mejor esperar a que se publique
esa siguiente novela para poder valorarla en su conjunto.
En cualquier caso, no me
impidió en absoluto disfrutar de la novela, al contrario. Para
resumir, destacaré lo que más me ha gustado: historia muy
interesante y con un punto onírico bastante original; tramas que
enganchan; personajes variados, atractivos y algunos muy carismáticos
(ojo, por cierto, con encariñarse con ellos... y no digo más :P);
estilo cuidado al tiempo que ágil de leer... Ingredientes más que
suficientes para gozar de su lectura. Os la recomiendo, sin duda.